domingo, 15 de mayo de 2011

Midnight in París



Si Rafiki decía en El Rey León que hay que dejar siempre el pasado en el pasado, esta película es todo lo contrario. Midnight in París explora a fondo como por arte de Valium la mente de un nostálgico, y se sumerge en  todos los desvaríos posibles que pudiera tener un viaje espacio-temporal.
Woody, tras una apertura que se antoja larga, pues parece más una presentación de fotos de alguien que ha estado de vacaciones a una secuencia de situación, nos introduce en la vida de un autor que quiere dar un vuelco a su carrera dentro de un marco adverso: la familia de su prometida es de las que apestan el dinero... y el dinero unido a la bohemia es una mezcla explosiva, sobre todo en el ámbito de la política.
Pero justo cuando parece que la película va a decaer en la monotonía de una ciudad apagada por la noche, aparece la magia disfrazada en un Peugeot antiguo, y ese Peugeot abre la puerta a nuestro personaje a un Mundo nuevo, a ese mismo mundo en el que a él le hubiera gustado vivir.
Y como todas las personas de toda la historia, descubre, gracias a una estupenda Marion Cotillard, que para todos su presente es el peor y siempre sería mejor haber vivido mejor en otra época.
Gracias a este retroceso de casi un siglo nos encontramos con todo tipo de personas reconocidas en el ámbito culturas: Picasso, Dalí, el mismísimo Buñuel... y por último Ernest Hemingway, interpretado por un sobresaliente Corey Stoll, que da vida en este film a uno de sus personajes más serios, enjugado sin lugar a dudas por un gran guión. Alien Brody también nos brinda una faceta muy amigable del gran Salvador Dalí, pero no llega a deslumbrar tanto como este último.
Con un gran guión, Woody Allen nos da una magnífica clase de historia y hace que veamos más allá de los artistas que marcaron época, nos da una ligera idea de como pudieron ser en sus días y nos los hace tangibles, amigables, como si fueran a poder aparecer en tus contactos del Facebook.
Al que más me ha sorprendido ver aquí ha sido el protagonista, a Owen Wilson, que nos sirve de nexo de unión dentro de esta experiencia que nunca sabemos si es onírica o real y no decepciona en su interpretación. El resto de reparto no desluce, pero tampoco hace sombra a los antes nombrados.
Como decía antes Midnight in París es una auténtica visita de museo enfocada a los años 20, y aunque el guión es prácticamente perfecto, puede despistar entre mucho y bastante a quien no conozca medianamente esta época. También, a lo largo de la película (que se hace corta) podemos ir viendo que personaje ha influido más en Woody Allen, pues hay personajes que están más cuidados que otros, con estos no me refiero al guión literal de cada uno, si no al trasfondo general, ya que por ejemplo creo que está mucho mejor desarrollado el personaje de Buñuel que el de Piccaso aunque el primero intervenga menos que el segundo.
También, en esta fusión de realidad-sueño, noche y día, Woody nos obsequia con bellas panorámicas de la ciudad, algo que ya está acostumbrado a hacer, y, de esta forma nos enseña la ciudad de todos los ángulos posibles y, lo que más me ha gustado, no ha ido a los tópicos en lo que a localizaciones se refiere.

Por tanto, afirmo sin ningún pudor que esta película trascenderá y será como mínimo lo mejor de este año y, ojalá, de esta década que estamos comenzando, pues se trata de una película esperanzadora, llena de ilusión, que a golpe de instrumentos de viento nos hace zambullirnos en nuestras propias fantasías y querer más a nuestra época, y que aprendamos a que el tiempo pasa y no vuelve, y no merece la pena malgastarlo en pensar ¿que hubiera pasado si...?

3 comentarios:

  1. habrá q verla.... está en cinetube manuel? para esas largas noxes de verano me vendrá genial

    ResponderEliminar
  2. jaja, supongo que estará... pero, seas quien seas, sabiendo mi nombre sabrás mi opinión sobre la piratería XD

    ResponderEliminar
  3. Muy bien, Manu, magnífica reseña de la peli que, por otro lado, parece apetitosa.

    ResponderEliminar