martes, 31 de mayo de 2011

Vuelta a casa

Hoy, día 31 de Mayo, volví a sentarme en una de las aulas de mi antiguo colegio María Inmaculada, en el cual cursé desde segundo de primaria hasta cuarto de la E.S.O. Mucho no ha cambiado el centro, pero sí sus gentes... apenas quedan cuatro profesores de los que me dieron a mi clase, y esos mismos pocos fueron los que me dieron la gran bienvenida, en especial Jesús, Alonso y la directora, Sor Mercedes.
Como digo ha sido un reencuentro con la infancia y la pubertad que ya se van quedando rezagadas en el tiempo. En aquellos días apenas había que preocuparse por estudiar y todos eran tus amigos. Hoy en día estas agobiado de hacer trabajos y exámenes y apenas conservas cuatro amigos de por entonces... aunque duela reconocerlo, la vida es como un gran cúmulo de conexiones, y ciertas conexiones solo se producen un tiempo determinado o incluso en sólo un momento de tu vida.
Pero volví por un buen motivo: presentar mi trabajo a los muchachos de la educación secundaria. Y digo que fui a presentar mi trabajo y el de Alejandro porque mi intención no era vender la novela a los chicos, eso quedaba en un plano secundario, mi intención era hablarles de como se trabaja en equipo, de como se lucha por algo en lo que crees, en definitiva, de como se puede conducir una vida. Todo esto lo intenté sin querer parecer el abuelo carca claro está, pues ni yo mismo soy el ejemplo perfecto para hablar de estos asuntos, pero lo intenté, que no es poco.
La verdad me siento bastante agradecido por la atención que recibí de los chicos, que guardaron el debido respeto, no sé si porque de verdad le interesaba lo que estaba contando o porque sus profesores estaban presentes (lo más seguro es que sea lo segundo).
Tras dos horas hablando me agradó que me preguntaran cosas de mi propia vida y otras cosas que le habían intrigado, pero lo que más, que alguno ya se había acabado la novela y le había encantado, eso sin duda fue lo mejor que me podía llevar de esta mañana.
Lamento, no obstante, no poder haber contado con la compañía de mi amigo Alejandro, que actualmente está siendo vapuleado por una jauría de perros sarnosos en Valladolid (esto es arquitectura en términos vulgares), porque de seguro hubiera tenido muchas cosas que añadir y rematar, pues fijo que algo me habré quedado en el tintero hoy.

Concluiré por tanto que mi intención de intentar hacer ver a los chicos y chicas que tienen que luchar y creer en su futuro y que leer es una de las mejores cosas que pueden hacer ha sido resulta con solvencia... otra cosa es que me hagan caso.

Y para terminar deciros que Guardianes de la Luz sigue viento en popa a toda vela y que de momento hemos vendido ya más de 100 ejemplares aún no llevando ni un mes a la venta... ¿No está mal no?

sábado, 28 de mayo de 2011

Presentación de Odio, de David Refoyo




Últimamente estamos de enhorabuena en lo que a literatura se refiere en Zamora. Hace unos meses presentaba su novela Mucho dinero Jose Villalba Garrote, que versaba sobre un asesinato acaecido en Zamora durante la Semana Santa. Más tarde y dentro ya de este año, José Ángel Barrueco presentó Asco. No mucho después hizo su aparición Mario Crespo con su libro de relatos "Cuento kilómetros". Hace menos de una semana Alejandro Manso y yo presentamos "Guardianes de la Luz" y hoy, día 28 de Mayo, David Refoyo nos enseñará su "Odio" a las 19:00 en el Centro de Interpretación de las Artes Medievales de Zamora.


Aquí os dejo una breve biografía del autor para que lo conozcáis mejor:

David Refoyo (Zamora, 1983), estudió Publicidad y Relaciones Públicas. Ha participado en diversos proyectos audiovisuales dirigidos por Mario Crespo. Ha sido publicado en Palabras para Cervantes(CELYA, 2005. Coord. José Ángel Barrueco), Bar Sobia (La Bella Varsovia, 2005) y Canciones en Braile (Lulú.com, 2008. Coord. Mercedes Díaz Villarías a través de ememinuscula.blogspot.com). Su libro de poemas "Odio" saldrá publicado por La Bella Varsovia en los próximos meses. Mantiene el blog Una Ciudad Llamada Perdición. 25 centímetros (DVD, Barcelona, 2010) es su primera novela.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Presentación de Guardianes de la Luz



El día de ayer posiblemente haya sido el mejor día de mi vida hasta la fecha, ya que Alejandro y yo presentamos la novela que tanto tiempo llevamos escribiendo: Guardianes de la Luz, de la cual ya he hablado largo y tendido en este blog. Gracias a que hemos tenido de Mecenas a Luis, jefe de la editorial Semuret, hemos podido contar también con la ayuda del poeta Manolo Madrid (http://escritormanolomadrid.blogspot.com/) y la participación de diversas eminencias del ayuntamiento.


Las palabras hablaron por si mismas, y por eso hago esta entrada, para dejar constancia de ello y para que si queréis oigais y veáis la presentación de ayer, que tuvo mucho éxito, ya que llenamos la sala y todo el mundo quedó muy satisfecho con el resultado. A ver si la suerte nos acompaña.
En un blog amigo http://eldardodelapalabra.blogspot.com/ encontrareis una crónica del acto que también merece la pena, sobre todo su autor.

Un saludo y gracias a todos los que están confiando en nosotros.

Aquí os dejo el vídeo de la presentación:

jueves, 19 de mayo de 2011

Acampada Zamora

Lo que hace apenas unas semanas surgió en Twitter y movilizó a toda Madrid, hoy ha llegado a nuestra ciudad tímidamente, como muestran las imágenes, al igual que esas primeras sombras que comenzaban a pasar delante del hombre en aquella caverna oscura. Pero esperemos que mañana, una sola cámara no sea capaz de recoger a toda la gente que ocupe la Plaza de la Constitución y que esas sombras tímidas ya sean grandes y se proyecten por la totalidad de la caverna.
La codicia ha envenenado las almas de los políticos y eso ha levantado barreras de odio entre nosotros y nos ha empujado hacia la miseria.
Mientras hemos avanzado rápidamente, no nos hemos dado cuenta de que llevábamos mucho tiempo mirando hacia esa pared de la caverna y, al darnos la vuelta y ver el fuego demasiado cerca nos hemos dejado quemar por el poder opresivo de una democracia injusta.
Pero el hombre no es tonto, y al darnos cuenta de la farsa, hemos comenzado a andar hacia el exterior, hacia la verdad, de donde surgen las sombras.
Pensamos, existimos, sentimos y sufrimos y el camino hacia el exterior, hacia una verdadera democracia es duro y lo pasaremos mal, porque el actuar tarde tiene su parte negativa, pero ahora que hemos empezado ¡no nos rendiremos!
El poder que se nos dio al pueblo y que ahora parece ser que nos intentan quitar, volverá al pueblo, como sucedió con nuestros iguales, a cientos de kilómetros, en Islandia hace apenas unos meses… muchos de vosotros no sabréis de que hablo, y si es así es porque los medios a los que tanto hacemos caso no son más que un pozo de mentiras encubiertas a los que sólo permiten mostrarnos lo que los peces gordos quieren… pero las mentiras siempre tienen un fin, que ya está cerca.
No nos pensamos entregar a aquellos que en realidad nos desprecian y nos dicen que tenemos que pensar y que sentir y que nos tratan como ganado, pero no son más que hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina que sólo son alimentados por el poder.

¡Nosotros no somos ganado, somos Hombres!

En nombre de la democracia, utilicemos bien el derecho por el cual tanta gente ha luchado a lo largo de los siglos, hagamos buen uso de ese poder que es el voto. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para eliminar la ambición y la intolerancia.
Luchemos por el mundo de la razón.
Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad.
Jóvenes.
En nombre de la democracia, salgamos de la oscura caverna, y gritemos todos juntos…

¡DEMOCRACIA REAL YA!



miércoles, 18 de mayo de 2011

El test de Rorschach





Sonó un trueno y, con la misma velocidad que el cielo se partía en dos yo me desperté de mi sueño. Alterado aún, tanteé con mis manos por encima de la mesa hasta que conseguí encender el flexo.
Todavía asustado me levanté a tomar un trago de agua. Definitivamente me tenía que comprar otra bata, esta me quedaba enana ya.
Estaba solo en casa, y como me había desvelado y los relámpagos no me iban a dejar dormir, me senté a leer el periódico del día, el cual no había tenido tiempo ni de ojear. Di con una noticia de la que no tenía conocimiento. Al parecer un asesino había matado a un turista en la ciudad. El cadáver había aparecido con las típicas manchas del test de Rorschach esparcidas por su cuerpo. Los psicólogos y psiquiatras opinaban que el asesino se trataba de un sujeto extraño y que sería difícil adjudicarle un patrón de conducta... a no ser que hubiera más víctimas.
Perturbado, volví a la habitación. Al lado del flexo estaba la foto de mi novia, Raquel, la única chica por la que de verdad había sentido amor verdadero.
De repente, se apagó la luz y me quedé en la más absoluta oscuridad, tan sólo alterada por el ir y venir de los relámpagos que, con la ayuda de las gotas de agua, proyectaban manchas como las del cadáver en las paredes de mi habitación.
Acto seguido, sonó la puerta y me quede paralizado. A los pocos segundos sonó más fuer...
¡Jorge! -gritó mi madre desde el salón- ¡Quieres marchar a clase, que quedan solo 10 minutos para que sean y media!
-Ya voy mamá... -suspiré mientras cerraba el libro.

lunes, 16 de mayo de 2011

Sesión de fotos Ivan Margusino

Con motivo de la publicación de la novela, pedí a un amigo de la Universidad, Ivan Margusino, que nos hiciera a Alejandro y a mí unas fotos artísticas para usar en las redes sociales y quizás en algún periódico, como es el caso de mañana, que nos entrevistarán para el DGratis. Aquí os dejo alguna muestra del arte de este zamorano.













domingo, 15 de mayo de 2011

Midnight in París



Si Rafiki decía en El Rey León que hay que dejar siempre el pasado en el pasado, esta película es todo lo contrario. Midnight in París explora a fondo como por arte de Valium la mente de un nostálgico, y se sumerge en  todos los desvaríos posibles que pudiera tener un viaje espacio-temporal.
Woody, tras una apertura que se antoja larga, pues parece más una presentación de fotos de alguien que ha estado de vacaciones a una secuencia de situación, nos introduce en la vida de un autor que quiere dar un vuelco a su carrera dentro de un marco adverso: la familia de su prometida es de las que apestan el dinero... y el dinero unido a la bohemia es una mezcla explosiva, sobre todo en el ámbito de la política.
Pero justo cuando parece que la película va a decaer en la monotonía de una ciudad apagada por la noche, aparece la magia disfrazada en un Peugeot antiguo, y ese Peugeot abre la puerta a nuestro personaje a un Mundo nuevo, a ese mismo mundo en el que a él le hubiera gustado vivir.
Y como todas las personas de toda la historia, descubre, gracias a una estupenda Marion Cotillard, que para todos su presente es el peor y siempre sería mejor haber vivido mejor en otra época.
Gracias a este retroceso de casi un siglo nos encontramos con todo tipo de personas reconocidas en el ámbito culturas: Picasso, Dalí, el mismísimo Buñuel... y por último Ernest Hemingway, interpretado por un sobresaliente Corey Stoll, que da vida en este film a uno de sus personajes más serios, enjugado sin lugar a dudas por un gran guión. Alien Brody también nos brinda una faceta muy amigable del gran Salvador Dalí, pero no llega a deslumbrar tanto como este último.
Con un gran guión, Woody Allen nos da una magnífica clase de historia y hace que veamos más allá de los artistas que marcaron época, nos da una ligera idea de como pudieron ser en sus días y nos los hace tangibles, amigables, como si fueran a poder aparecer en tus contactos del Facebook.
Al que más me ha sorprendido ver aquí ha sido el protagonista, a Owen Wilson, que nos sirve de nexo de unión dentro de esta experiencia que nunca sabemos si es onírica o real y no decepciona en su interpretación. El resto de reparto no desluce, pero tampoco hace sombra a los antes nombrados.
Como decía antes Midnight in París es una auténtica visita de museo enfocada a los años 20, y aunque el guión es prácticamente perfecto, puede despistar entre mucho y bastante a quien no conozca medianamente esta época. También, a lo largo de la película (que se hace corta) podemos ir viendo que personaje ha influido más en Woody Allen, pues hay personajes que están más cuidados que otros, con estos no me refiero al guión literal de cada uno, si no al trasfondo general, ya que por ejemplo creo que está mucho mejor desarrollado el personaje de Buñuel que el de Piccaso aunque el primero intervenga menos que el segundo.
También, en esta fusión de realidad-sueño, noche y día, Woody nos obsequia con bellas panorámicas de la ciudad, algo que ya está acostumbrado a hacer, y, de esta forma nos enseña la ciudad de todos los ángulos posibles y, lo que más me ha gustado, no ha ido a los tópicos en lo que a localizaciones se refiere.

Por tanto, afirmo sin ningún pudor que esta película trascenderá y será como mínimo lo mejor de este año y, ojalá, de esta década que estamos comenzando, pues se trata de una película esperanzadora, llena de ilusión, que a golpe de instrumentos de viento nos hace zambullirnos en nuestras propias fantasías y querer más a nuestra época, y que aprendamos a que el tiempo pasa y no vuelve, y no merece la pena malgastarlo en pensar ¿que hubiera pasado si...?

martes, 10 de mayo de 2011

Por fin!



Bueno, tras muchas y variadas intentonas, Guardianes de la Luz ya ha salido a la venta por el precio de 20 euros (sé que no es barato pero yo no pongo el precio). El libro se podrá adquirir a partir de mañana en todas las librerías de Zamora. Los que se animen a comprarlo desde fuera deberán pedirlo desde sus librerías, bibliotecas o contactando con Semuret a través de su página web http://www.semuret.com/.

Sin duda hoy ha sido uno de los días más felices de mi vida, el cual espero culminar junto a mi gran amigo Alejandro en la presentación que tendrá lugar a las 20 30 en la Alhóndiga el día 24 de Mayo.

De momento están programadas otras dos: el día 10 de Junio en Coreses y el 11 de Junio en Shogun, Salamanca.

lunes, 9 de mayo de 2011

Por dinero



"Los que creen que con el dinero puede hacerse cualquier cosa son los que indudablemente están dispuestos a hacer cualquier cosa por dinero"

Edine P. Beauchêne

Año 2013:


Shalim, un niño de raza árabe se encuentra jugando en las afueras de Trípoli junto a otros niños con un  balón de fútbol que en su día tuvo forma esférica. Le había tocado de portero, algo que no le agradaba pues su visión no era lo buena que debiera ser y como consecuencia sus reflejos no eran nada del otro mundo. 
Abdul, el delantero contrario, que era el doble de grande que Shalim, se acercó peligrosamente a la portería de nuestro amigo, que no vendería barato aquella portería marcada entre dos grandes piedras.
Cuando estaba a pocos metros, la gran mole chutó... disparó tan fuerte que a Shalim no le dio tiempo ni a pestañear, obviamente fue gol.
Mientras el equipo celebraba el gol, y su equipo le reprendía, se encaminó a por la pelota, que aún se alejaba dando botes. Finalmente, el "esférico" frenó su particular viaje en un pequeño arbusto, cosa que Shalim agradeció. Cual fue su sorpresa cuando a la vez que cogió el balón se llevó consigo también una pequeña bandolera, que tenía restos de sangre y una bandera americana bordada en la parte frontal.
Tras la sorpresa inicial, decidió no llevársela consigo en ese momento, pues lo más fácil era que entre todos sus amigos se la quitaran.
Cuando el pequeño partido acabó, Shalim se retrasó con la excusa de atarse las zapatillas. Nadas más perderse la columna de muchachos en las primeras casas de la ciudad, Shalim corrió hacia el arbusto: no importaba que le hubieran metido quince goles en media hora, sabía que había encontrado un pequeño tesoro.
Con un ansia pasmosa, cogió la pequeña mochila y la ocultó como pudo en su pequeño cuerpo bajo la camiseta, acto seguido, corrió hacia su casa, no muy lejos de allí.
Shalim no pertenecía a la clase social pobre, pero tampoco era de la clase alta: su padre trabajaba en una cadena de montaje de piezas de motos americana y su madre remendaba ropa en una tienda de costura, lo suficiente para llevar una vida más que digna en aquel lugar.
Cuando llegó a su casa no había aun nadie, ya que sus padres acababan su turno al caer el sol, para lo cual faltaban un par de horas.
Impaciente, volcó todo el contenido de la bandolera encima de su cama; no había demasiadas cosas, pero las pocas que había eran de lo más impactante: una pequeña pistola, dos cargadores, unos cuantos botes llenos de píldoras y una hoja doblada que también tenía alguna señal de sangre.
Tras desdoblar el folio, descubrió una extensa carta, escrita con letra pequeña y con un trazo irregular, parecía escrita con prisa. No pudo leerla pues estaba en americano, pero estaba firmada por un tal Patrick y tenía como remitente a una mujer llamada Emily. Esperaría a que su padre llegara para leerle la carta, ya que el, debido a su trabajo, se defendía bastante bien con el americano.


A las dos horas llegó la madre del chiquillo, que no dudó en reprenderlo duramente por haber recogido aquello, ya que podría haberse hecho daño según ella. A pesar de la bronca, él seguía impaciente por saber lo que contaba aquella misteriosa carta.
Su padre también tomo cartas en el asunto y, tras darle otra charla al muchacho sobre la responsabilidad, charla que se repetía desde hace unos años, se fue a la cama enfadado e indignado: en su cabeza se había imaginado aquella situación de una forma diferente, quién sabe, la carta podría revelar el paradero de dinero escondido o algo así.
Mientras, en la habitación del matrimonio Al-Ramma, Rassif, el Padre de Shalim inspeccionaba a fondo la bandolera, que supuso que habría pertenecido a un soldado americano de los que el año pasado habían ayudado a expulsar a Gadafi del lugar. Tras contemplar los objetos que horas antes había admirado su hijo, leyó con detenimiento la carta:


Querida Emily:


Te escribo estas líneas desde un pequeño zulo a las afueras de Trípoli. Gracias a Dios nos hemos podido esconder aquí unos cuantos soldados en una emboscada por parte de los insurgentes. Este sitio está lleno de mierda y droga, un asco. Puedo escribir esto gracias a una pequeña luz de aceite que hay en este tugurio. 
Nos encontramos totalemente rodeados, por suerte es de noche y eso ayudará a que no nos descubran. Atacamos al atardecer por orden del comandante Carter Ham, pero un puñado de cabrones nos atacaron desde la nada. Además, enviaron de avanzadilla a unos cuantos chiquillos, y no pude dispararles, preferí replegarme mientras otros compañeros, que creía normales, acribillaron a aquellos muchachos a los que apenas les había empezado a salir el bigote.
En estos momentos no se quienes son los buenos y quien los malos. Esta última ofensiva la he hecho obligado, pues haberme negado habría supuesto la deserción. El motivo de mis dudas fue una conversación que unos cuantos marines y yo oímos sin querer por nuestra radio, ya que se confundieron las frecuencias. En ellas, los altos cargos estadounidenses obligaban a seguir atacando la ciudad hasta reducirla si hacía falta a cenizas, porque las petroleras estaban haciendo fuerte presión en el país y en el resto del mundo, y si no conseguíamos dominar los pozos petrolíferos otra posible crisis podría devastar de nuevo al mundo, según ellos, tenían que morir unos pocos para que otros muchos pudieran subsistir y otros pocos se montaran en el dolar. 
Cuando partí hacia aquí, vine orgulloso de mi país y de mi mismo, pues me sentía un liberador, un auténtico patriota, me sentía como mis antepasados entrando en Berlín y obligando a Hitler a acabar con su vida, creía que mi misión tenía un propósito moral, pero me equivoqué, todo se reduce una vez a lo mismo: el dinero.
Por el dinero estoy aquí, y no por ayudar a un país a librarse del yugo de un dictador. Por dinero estamos aquí atrapados otros siete hombres y yo, en un agujero del que no sabemos si vamos a salir con vida. Por dinero hemos venido a morir.


Por dinero.


Te quiere tu marido

Patrick McCarter

Si Chaplin levantara la cabeza

Me he encontrado este vídeo buscando mi propio blog, y como no podía ser de otra forma, os lo dejo aquí, pues ciertamente el vídeo tiene su razón aunque la música, siendo referida a la época de Chaplin, está mal escogida.


sábado, 7 de mayo de 2011

El primer encuentro

Yo, entre críticas y rollos de la novela (que sale a la venta ya esta semana), sigo escribiendo mis relatillos. El siguiente, que es también bastante largo para lo que acostumbro, lo he presentado a un concurso recientemente. La temática tenía que versar sobre un encuentro, y esto es lo que salió, tomando el tema con mucho respeto y cariño hacia mi mejor amigo. Espero que os guste.

Para mi amigo
para mi hermano
para mi otra familia


Nines se levantó del sillón reservado a los invitados del enfermo, desde allí hacía compañía a su madre en aquellos últimos días de su vida. No quería abandonar aquel incómodo sillón por nada del mundo, pero su vida seguía y tenía cosas que hacer; no es dicho en vano que ser ama de casa es uno de los trabajos más duros.
Adelina, su madre, siempre había sido una mujer sana y luchadora, que había sacado una familia adelante aún en tiempos de posguerra. Pero, por muy buena persona que se sea y por muy sano que se haya sido, nadie se puede hacer amigo del cáncer, y Adelina no era más que otra víctima inocente de una enfermedad que causaba estragos en todo el mundo.
Tras un beso, su hija, que ya le había dado dos nietos estupendos, abandonó la sala con pesar, y Adelina, medio dormida por los sedantes, fijó sus ojos en la pantalla de la televisión del hospital, sin prestar apenas atención a lo que en ella se contaba.
A los pocos minutos, la puerta se abrió, y un niño de unos ocho años, vestido de blanco, entró en la habitación con paso decidido y se sentó en el asiento aún caliente.
-¿Quién eres, jovenzuelo? –preguntó Adelina confusa.
-Soy tu nuevo amigo.
-Que chiquillo más gracioso, jaja –intentó reír pese a que los calmantes no le permitían moverse lo suficiente-. Llamaré a la enfermera, parece ser que te has perdido.
-No lo hagas, no funcionará, ellas no son mis amigas.
-¿Cómo te llamas? –preguntó intrigada.
-Yo no tengo nombre, pues ni padre ni madre tengo, pero aquí, en vuestro mundo, me llamáis Muerte.
-¡Vaya!... Justamente quien faltaba por venir a visitarme. Es todo un encuentro, pero… ¿como La Muerte puede tener la apariencia de un ángel? Más bien te pareces a mis nietos de Suecia.
-Eso es porque vosotros veis la muerte como algo malo, en realidad todos los ángeles podemos hacer este trabajo. Solo que quería venir yo expresamente a por ti.
-¿Por…?
De pronto, hizo aparición en la habitación el hijo de Adelina, Luquitas, que a pesar de la situación exhibía una amplia sonrisa. La Muerte se levantó del asiento y se lo cedió al hijo de Adelina, que al parecer sólo veía la habitación ocupada por su madre. Adelina guardó silencio.
-Madre, me pareció oírte hablar…
-¡Oh! Para nada, serían ruidos del pasillo.
-Puede…
-¿Y tú padre?
-¿Lucas? Abajo, hablando con alguien del pueblo, ya sabes como es. No creo que tarde en subir. Me crucé con mi hermana en la entrada, dijo que en cuanto acabara de comer volvería.
La Muerte contemplaba la escena expectante, sin que ningún gesto turbara su cara, parecía concentrado. Mientras Lucas y Adelina hablaban, hizo su aparición la enfermera encargada de la planta, que quiso hablar con Lucas en privado. Tras abandonar la habitación, el chiquillo se sentó en el regazo de la cama.
-Eres afortunada por tener esta familia. La anterior vez que vine a este hospital, nadie estaba junto al enfermo. Tuvo menos suerte que tú, además, apenas alcanzaba los treinta años.
-No me puedo quejar no –dijo con los ojos medio cerrados- ¿Decías que te habías interesado mucho en mí? ¿Por qué?
-Sé parte de tu vida, pero quiero que me la cuentes al detalle. Yo nunca he tenido una vida terrenal y creo que hablar contigo será lo más parecido a haber vivido.
-Entonces, ¿me voy ya?
-Mejor ahora que cuando estén todos en la habitación, ¿no?
-Sí, supongo que sí –y comenzó a levantarse malamente.
-No tranquila, no te molestes –Adelina se volvió a recostar.
Hubo un silencio en el que ambos se quedaron mirándose a los ojos.
-Vaya Adelina, me asombra que no me tengas miedo.
-Antes de verte sí tenía miedo, sabía que me quedaba poco de tiempo aquí, pero en cuanto te he visto todo mal se ha desvanecido. Tan sólo espero que a toda la gente que quiero le vaya bien.
-No te preocupes, podrás visitarlos cuando quieras.
-Entonces, no esperemos más.
El niño se levantó de la cama y se colocó a la altura del pecho de la mujer y, con sus manos, atravesó su torso y elevó en el aire una esfera de luz, que al verse liberada invadió toda la sala. De repente, Adelina se comenzó a sentir como nunca. Todos los tubos a los que estaba conectada le sobraban, así que se los quitó. Gracias a esto comprobó que sus manos ya no estaban surcadas de arrugas y que su pelo corría suave y liso por sus hombros. Fue entonces cuando se levantó y contempló como su imagen corpórea se había quedado en la cama, con los ojos cerrados.
A los pocos segundos entró Luquitas, que tardó un poco en comprobar que su madre, tras largos días de angustia y agonía, ya había abandonado aquel mundo. En un primer momento no reaccionó, pero pronto comenzó a llorar a la vez que el marido de Adelina también entraba en la habitación.
-Pobre Lucas, ¿Qué va a hacer ahora sin su mujer?
-En verdad te extrañará muchísimo, y lo pasará mal, pero es un hombre fuerte y saldrá adelante.
-¿Y tú cómo sabes eso, si aún no ha pasado?
-El tiempo es cosa de mortales, yo puedo ir atrás y adelante siempre que quiera.
-Podemos entonces abandonar este sitio, no quiero pasarlo mal… ¿No puedo hacer nada por animarles no?
-No, créeme que si te dejara hacerlo, tú y yo acabaríamos mal. Quien lo hace se lleva la bronca del jefazo - Adelina no hizo caso, siguió contemplando con consternación la estampa- ¿Quieres irte ya? Si nos vamos, pasará mucho tiempo antes de que vuelvas a saber de ellos.
-Me gustaría ver una vez más al resto de mi familia.
-Faltaría más. Vámonos entonces.
El niño cogió de la mano a Adelina y se encaminaron hacia la puerta. Antes de cruzarla, miró por última vez a lo que había sido su cuerpo.
Al traspasar la puerta se encontró caminando por un camino apenas asfaltado, cerca, una columna de gente acompañaba a un féretro que ya se internaba en el cementerio. La Muerte y Adelina fueron adelantando a las personas.
-¡Vaya! Es curioso esto de los entierros, te encuentras hasta a tus peores enemigos.
-Sí… los seres humanos sois muy extraños la verdad.
Adelante del todo, sus hijos arropaban a Lucas. Un poco más atrás iban sus nietos. Faltaba alguno que aún era demasiado pequeño para contemplara aquella escena. La vida era injusta.
-¿Por qué si podemos vivir de una forma eterna como tú, tenemos esta vida?
-Cuando formes parte de mi modo de vida, entenderás que tener una vida mortal es lo más especial que se puede tener, aunque muchos la desprecian o no tienen la suerte de poderla vivir bien.
-¿Qué pasa con ellos?
-Toda alma se merece una oportunidad más, tú ya no volverás más a la tierra, bien merecido tienes tu puesto entre nosotros.
Adelina no prestaba atención a aquellos temas etéreos, quería aprovechar sus últimos pasos en aquella tierra, respirando aquel aire, compartiendo aquel espacio con la gente que quería.
-Supongo que si supiéramos que vamos a vivir eternamente, no viviríamos en plenitud. El hombre teme a la muerte porque ama a la vida.
-Exacto, la mayoría de la gente viva piensa lo contrario, pero no es así. Si piensas que algo se va a acabar, siempre tendrás más interés en hacer todo lo posible por sentirte vivo.
-Pobre mi nieto Alejandro, creo que nunca lo había visto llorar, y eso que lo he tenido en mis brazos casi más que su propia madre.
-Ten por seguro que ahora mismo lamenta más no haber pasado más tiempo contigo que el que hayas muerto.
-Son todos buenos chicos.
Alcanzaron el hueco que estaba destinado a recibir sus restos mortales. El gran grupo se congregó en torno a él en silencio. A pesar de todo, era un día soleado.
-¿Sabes que es lo mejor de todo, joven? –el niño adoptó una postura receptiva- Que de este último momento, el más triste de toda la vida en teoría, es en verdad un instante de máxima felicidad para quien ve esto desde fuera. Lo último que creía que pensaba una persona al marcharse es que nunca iba a poder volver a sentir nada, tan sólo oscuridad.
-Como ya te he dicho, esto es sólo un paso más. ¿Quieres que nos vayamos ya?
Adelina, se colocó en torno a sus dos hijos, y los abrazó, aunque sus brazos atravesaron sus cuerpos a la vez que ellos daban un respingo. Besó en la mejilla a sus nietos y le dio un beso en la frente a su marido.
-Espero pellejo que me recuerdes siempre. Ojalá tardemos en volver a vernos, compañero.
Por delante de ella cruzó una mariposa, que se posó en una flor que apenas estaba germinando, esta, a su vez se estaba girando para recibir los rayos de Sol de aquella tarde de Abril.
-No importa el tiempo que vivamos mientras que por tu muerte alguien suelte una mísera lágrima, aunque sea de alegría.
Y, tras llorar la última gota, que desapareció en el aire a la vez que su féretro cruzaba la tierra para no volver jamás, su cuerpo se desvaneció a la vez que todos los presentes rompían a llorar.

Sólo era un paso más, el último, o quizás, el primer encuentro.