martes, 18 de mayo de 2010

Sir Charles Chaplin.... ese genio-sabio que todos queremos


Llevo con el blog mucho tiempo abierto, aunque bien es cierto que el tiempo que yo he invertido en esto comparado con todo el tiempo del mundo, es como un grano de arena en el desierto más grande... pero a lo que voy. Que teniendo un título que hace referencia a este grande del cine, no puedo por menos que dedicarle una entrada con una biografía que me he molestado en resumir para vosotros, lectores (lo cual he hecho con gran agrado):


Este hombrecillo al que todo el mundo civilizado conoce nació un buen día de Abril de 1889, concretamente el día 16, en Londres, aunque esto es algo dicho por el mismo, ya que no existe partida de nacimiento. Todo el mundo cree que era judío, pero no lo era, aunque si sentía mucho respeto y aprecio hacia ellos, como bien demostró al hacer la película de “El Gran Dictador” en 1940.
Tuvo unos inicios difíciles, ya que su madre era esquizofrénica y su padre alcohólico, el cual murió cuando Charlot tenía 12 años. Gracias a la enfermedad de su madre, consiguió actuar en el Music Hall donde su madre trabajaba. Fue donde se reveló su talento, con tan sólo 5 años.
El productor cinematográfico Mack Sennett le ofreció un contrato a inicios de la década de 1910 para unirse a Keystone, cuando estaba en una gira con su hermano. Sin dudarlo un momento se marcho a Hollywood.
Fue entonces cuando formó la indumentaria de vagabundo que todos conocemos, que la construyó a partir de cómicos amigos suyos. El primer vídeo en el que lo lleva puesto tiene por nombre Carreras sofocantes, y fue estrenado en 1914. Las aventuras del vagabundo eran bien acogidas ya que todo americano en busca de su famoso sueño se identificaba con él entre carcajada y carcajada. En 1915 cambió de compañía, y se unió a la Essanay. Donde cobraba más y dirigía sus propios cortometrajes.
El primer trabajo importante llegaría con el chico, en 1917, y ya dentro de otra compañía, la First Nacional. La copotragonizó junto al niño Jackie Coogan, en el que veía su particular miniyo. Tal es el aprecio que Chaplin tenía a esta película que le compuso una banda sonora ya en 1971.
En 1919 cofundó la productora United Artist (hoy dirigida por Tom Cruise, entre otros). Fruto de esta productora son “La quimera del Oro” y “El Circo”, ésta última, ganadora de un Óscar.
Chaplin fue reticente a cambiarse al cine mudo, y tan sólo lo hizo porque sus proyectos empezaron a perder importancia dentro del mercado. Pero su personaje de vagabundo, Charlot, nunca habló.
Las grandes críticas contra Chaplin llegaron cuando estrenó, en 1940, el Gran Dictador, junto con Paulette Goddard, su tercera esposa. De hecho algunos dicen que Hitler llevaba ese particular bigote copiando a Chaplin, al cual admiraba, aunque suponemos que después de estrenarse esta película no seguiría siendo tan fan. De hecho, en Alemania o España El Gran Dictador no se estrenó hasta la muerte de los dictadores y la posterior recomposición del estado. Se consideró que Chaplin ejercía una conducta antiamericana.
Después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó lo que se llama “Caza de brujas”, que perseguía a los comunistas, y Chaplin fue una de esas brujas. Esto fue debido al estreno de “Tiempos modernos”, que era una crítica al mundo capitalista.
En el año 1947, el Comité de Actividades Antiamericanas empezó a presionar a la fiscalía para que deportara a Chaplin, «cuya vida en Hollywood contribuye a destruir la fibra moral de América». Al mismo tiempo, lo estaban acosando los Veteranos de Guerra Católicos, una asociación reaccionaria, que le acusaba de haber escrito una carta a Picasso, peligroso comunista para ellos.
El 17 de septiembre de 1952, el fiscal general de Estados Unidos dio instrucciones a inmigración para retener a Chaplin, su esposa y varios de sus hijos, cuando viajaban a Europa para el estreno de Candilejas, hasta que las leyes norteamericanas decidiesen si debía ser expulsado. Lo acusaron formalmente de ser comunista. Se instaló en Suiza
En 1966 rodó su última película, Una Princesa en Hong Kong, protagonizada por Malon Brando y Sophia Loren, que no fue lo que se dice un éxito. En 1971 se le concedió un permiso para volver a EEUU a recibir un Oscar Honorífico. Fue en la única gala en la que el Óscar a la mejor película no se dio al final, sino que se dedicó a Chaplin el cual dijo estas palabras: Las palabras parecen tan insignificantes, tan inútiles. Sólo puedo decir que... gracias por el honor de ser invitado aquí, y... oh son gente maravillosa y dulce, gracias.
En 1975 fue nombrado Sir por la reina Isabel II y comenzó a escribir música y partituras para sus propias películas. Falleció en su propia casa de Suiza el día 25 de Diciembre de 1977, Navidad.
Como diría Chaplin: Trabajar es vivir y a mí me encanta vivir, por eso espero que este efímero trabajo les haya gustado. Muchas gracias.





el mejor discurso que un servidor ha visto">

lunes, 17 de mayo de 2010

Orgullo Vikingo

Sucede que el imperio blanco esta en horas bajas, ni con todo el oro de sus arcas puede sobrellevar la inflación que domina todos sus territorios, y ni con cristianos ni granadas se puede conquistar un mísero territorio. Ni Raúl el capitán puede hacer nada y de hecho ha quedado ya (aunque me duela reconocerlo en el alma) herido de muerte. Algunos se retiran, como Guti, pero no se le considera ningún tipo de desertor, su carrera en la casa blanca ha sido más que loable y ahora quiere dedicar el ocaso de su vida como deportista de élite en un club extranjero; pero no me cabe duda de que el alma de Guti es blanca (a pesar de toda la controversia que haya creado).
En el imperio blanco hace ya tiempo que se oculta el sol, pero todos conservamos las esperanzas de volver a resurgir, de reconquistar el territorio tomado (justamente) por los blaugranas. Porque, en esto del deporte, el poder es cíclico, y nadie dura en la cima mucho tiempo, NADIE.
Puede que este año el ejército haya estado dominado por el capitalismo, pero ha quedado bastante claro que no se puede ganar a base de talonario, si no a base de echarle huevos y tirar de casta. Siempre preferiré 11 Raúles o 11 Etxeberrías (por poner a alguien de otro equipo) a 11 Cristianos o a 11 Ibrahimovics (que no han demostrado ni la mitad de lo que prometían). Rememorando un anuncio para mi inolvidable, ellos, si quieren ser futbolistas tienen que sentir los colores, y, aunque en el fondo les odiamos por todo lo que ganan sin hacer apenas nada, cuando marcan gol no puedes reprimir el levantarte del asiento y gritar… ¡GOOOOOL!

La liga es la vida… y como todo lo bueno en la vida, es un sentimiento, y el mío, ¡blanco!

HALA MADRID!!!!

domingo, 9 de mayo de 2010

B.S.O (y su importancia)

¿Quién no vibra a día de hoy con la B.S.O de Pulp Fiction? ¿Quién no se sabe la canción principal de Grease? ¿O la del rey León?
Aunque claramente no todo son canciones importantes en el cine, las grandes composiciones de Hans Zimmer en películas como Gladiator, o la archiconocida de John Williams para Star Wars, se conocen en todos los rincones del mundo.

Pero... ¿Qué sería el cine sin música? Nada. El cine esta en simbiosis con el resto de arte, pero si es drogodependiente de alguno, esa es, sin duda, de la música.
Desde los inicios del cine, la banda sonora ha acompañado todas las grandes obras del cine. Desde las películas de Chaplin hasta las de Eastwood, pasando por las de Kubrick (autor que, por cierto, dio muchísimo uso a la música clásica en la mayoría de sus films).
Si no me creeis, haced la prueba: poned cualquier película, seleccionad los subtítulos y empezad a verla. Al cuarto de hora os estará entrando la morroda en el sofá, no os digo ya si estáis con la luz apagada.
Direis que los sordos pueden verlas perfectamente, a lo que yo respondo que como ellos nunca han oído nada, se pueden adaptar perfectamente a ver películas sin necesidad de ningún sonido, ya que ninguno le resultaría característico (con todo el respeto que cabe a las personas que sufren esta discapacidad)
Asique, a partir de ahora, cuando vayais a ver una película, y oigais como la música se funde perfectamente con las imágenes (una banda sonora se sabe que es buena cuando pasa desapercibida) y, en ciertas escenas da ese subidón que hace que los pelos se pongan de gallina o hace que tu cara esboce una sonrisa, no te preocupes solo de ver quién dirigió esa pelí o quien actúa, sino también de quien compone su música.
Un esfuerzo que pocos hacemos (me incluyo) es quedarnos en los créditos, pero, os aseguro, que no es ningún derroche de tiempo, ya que asistimos a un auténtico concierto. A veces las mejores canciones suenan al final. En el caso de Gran Torino, la canción que sonaba en los últimos minutos le valió el Oscar en su categoría.
Espero que a partir de ahora deis más credito a lo que oís y le deis tanta o más importancia que lo que veis, porque una batalla épica, una escena romántica, no es lo mismo sin la batuta de un buen compositor o la voz de un buen cantante.

Si habéis empezado por mí, mi gran amigo Alex está encantado de hablaros sobre el proceso de escritura.

Hasta la semana que viene!!

martes, 4 de mayo de 2010

A veces la vida suena mejor en rima

Y es verdad, porque no hay nada como oír tu vida en novela o en alguna que otra poesía ;)

Recojo el testigo de mi amigo
Otro caballero andante,
que aunque digan que viene de otro camino,
es más español que Rocinante.

Largas noches pasamos entre paredes frías
Contando sueños y batallas perdidas
Comiendo queso, bebiendo sin prisas
Pues no son historias cortas ni fortuitas

Recordábamos mejores tiempos
En los que todos hacían habladurías
De quien eran esos muchachos
Y para que se reunían

Locos nos llamaban
Los que después nos aplaudían
A todas horas nos hablaban
Y nunca nos aburrían

Entre todos kilómetros recorrimos
De un lugar a más de lo mismo
Buscando comida, cruzando caminos
Siguiendo el norte, a un mismo ritmo

Bebíamos por las noches
A la luz de la dama luna
Bailando como quijotes
Pero siempre volviendo a la cuna

Cantábamos canciones paganas
Al son de una guitarra manchada
Entonando con nuestras gargantas
No había quien nos ganara

Las reuniones no cesaban
Y la amistad iba en aumento
Pero algún día se mostraban
Algún que otro lamento

Aunque las carcajadas se seguían oyendo
algunas estaban muriendo
No eran ya seis amigos riendo
Si no seis amigos huyendo