lunes, 19 de septiembre de 2011

El árbol de la ¿vida?



Hace ya dos años ¿o ya son tres?, estaba con mi querida CCXII descansando de una larga jornada de senderismo en el Folgoso disfrutando del nocturno cielo sanabrés, el cual nos brindaba una auténtica orgía de estrellas. Ante tal obra maestra de la naturaleza, quién sabe si de Dios, nos dio por ponernos a hablar del infinito, de la muerte y de la vida, en fin, de todo lo que alguno nos preguntamos al menos una vez en la vida. Nosotros, ingenuos de nosotros, creyéndonos inteligentes creíamos que podíamos dar con la respuesta, pero no, es más, salimos con más dudas aún. Yo, por mi camino, seguí fustigándome con esas preguntas sin respuestas, y de ahí salió el corto "La teoría de la Nada", el cual podría haber quedado mejor pero del que estoy orgulloso.



Hoy he ido a ver la nueva película de Malik creyendo que él podría tener alguna respuesta o, al menos, intentaría decir algo, pero de eso nada, su relato es tan silencioso como la típica planta rodante de un Western.
Es más, dudo que a esta película se la pueda llamar película, valga la redundancia. Digo esto pues no está rodado, o al menos montado, con algún esquema antes visto en cine, al menos por mí, ni siquiera Memento, pues aunque dicha película posee un montaje raro, tiene una coherencia y una originalidad inigualable.
Este experimento a lo que más se me asemeja es a un videoclip, pues tiene su música, nada despreciable, y una imagen que se esfuerza más por ser una obra de arte en cada fotograma que en transmitir algo, pues pide al espectador un esfuerzo sobrehumano para que entienda cada uno de los cuadros; para que me entendáis, es como si las Meninas estuvieran vestidas de Teletubbies y hubiera que darle sentido al cuadro del Sevillano.
Pasamos por el relato como si de una cabra/caracol nos tratásemos; con esto quiero decir que saltamos de un lado al otro de la historia pero de una forma lenta y calmada, al ritmo de música clásica o gregoriana, escuchando más diálogo en off que de la propia boca de los actores y los primeros siendo salpicados por imágenes oníricas/intergalácticas que, en teoría, nos transportan a una manisfestación del cielo y el averno.
Me esperaba encontrar otra obra maestra de la fotografía como es "Anticristo" de Lars Von Trier, y efectivamenete así ha sido pero, al contrario que la del director de Copenhague, la película de Pitt, a pesar de una buena dirección técnica, flaquea de una historia que merezca ser contada o, que al menos, lo haga de una forma original y llamativa como pudiera ser la de Kramer contra Kramer que, a pesar de corriente o mundana, roza lo magnífico.
Lo que más me ha decepcionado es el plantel de actores. Teniendo ya sólo a Sean Penn te imaginas que vas a ver un peliculón, pero a parte de que pasa desapercibido, tanto él como Pitt parecen meros principiantes en comparación de los actores Benjamines. Puede ser que la desgana sea motivo de la propia historia, pero a decir verdad no creo que hiciera falta grandes actores para llevar a flote esta historia, por tanto este par de superestrellas me parecen un mero reclamo.

En definitiva, hay que tener valor para meterse a ver esta "película",  a la cual no se os ocurra entrar si tan sólo queréis pasar un buen rato. Sin duda "El árbol de la vida" es una ópera hecha cine y, como bien ocurre con la ópera, sólo es para gente paciente y que sepa apreciar cada segundo, cada fotograma, yo diría que sería el tipo de endereza que pudiera demostrar un Ent.

STOP principiantes.

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