viernes, 3 de mayo de 2013

El Salón Olimpiada





Hace diez años, es decir, dos días, los jóvenes de Zamora tenían las tardes del fin de semana bien resueltas: ir a Olimpiada.
            Para nosotros, aquello era mejor que cualquier pub o discoteca de la ciudad, allí estaba toda la gente de nuestra edad y podías ver a la mayoría de tus amigos tan sólo con peinar la zona. Si te gestionabas bien y no perdías mucho al futbolín con dos euros tenías para toda la tarde (a mí incluso las primeras veces que fui me daban veinte duros).
            El plan era sencillo: jugar al billar, al futbolín o jugar en las máquinas al “Metal Slug”, al “Puzzle Bubble” o al “Pang”, entre otros. Eran juegos que, sin gozar de la gran calidad tecnológica de los actuales, podían entretener durante horas (y aún lo siguen haciendo).
            Después, si veías que la tarde se volvía monótona y hacía buen tiempo (o no, eso nos daba un poco igual), pues ibas de paseo hasta la catedral y, si andabas bien de pasta, pues te cogías un helado en la Valenciana. Y tan contento, bueno, a lo mejor te arreabas a guantazos con alguno, pero eso era un mal menor.
            En cambio, la muchachada de hoy en día está agilipollada; ya cuando yo estaba de esta guisa las chicas se arreglaban, pero ahora llevan más pintura encima que un cuadro de El Greco. Que se mentalicen que el chico que las quiera las va a tener que querer sin todo ese potingue encima. Los chicos también tienen lo suyo, a nada que les dices ya te están jurando por Cristo y la Virgen.
            Olimpiada cerró, bien por su jubilación (merecida), bien porque la clientela había cambiado… a peor.
            Podéis ir a cualquier bar de Zamora que sea frecuentado digamos por gente adulta, de más de veinte o veinticinco años hasta unos cincuenta; podréis comprobar que, excepto la zona de Los Lobos o los bares de jubilados, el resto está inundado por esta juventud que tan sólo sabe sentase a tomarse su “capuchino” (yo con catorce o quince años desconocía este término), con el cual se tiran toda la tarde sentados en el mismo bar, hablar de con quién han ligado, y a qué hora quedan para ir a Herreros, porque ya son muy mayores y tienen que salir.
            Padres de este nuevo mundo… estáis creando monstruos que quieren ser mayores sin haber conocido su infancia… y ésta no vuelve.

2 comentarios:

  1. Manu, te estás haciendo mayor. Je, je.

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    1. Sea malo o bueno, así es, es lo que toca.

      La última frase te la puedes saltar, puedes echarte a la cama tranquilo en lo que respecta a tu labor como padre.

      Saludos y gracias por seguirme leyendo.

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