Hace diez años, es
decir, dos días, los jóvenes de Zamora tenían las tardes del fin de semana bien
resueltas: ir a Olimpiada.
Para nosotros, aquello era mejor que
cualquier pub o discoteca de la ciudad, allí estaba toda la gente de nuestra
edad y podías ver a la mayoría de tus amigos tan sólo con peinar la zona. Si te
gestionabas bien y no perdías mucho al futbolín con dos euros tenías para toda
la tarde (a mí incluso las primeras veces que fui me daban veinte duros).
El plan era sencillo: jugar al
billar, al futbolín o jugar en las máquinas al “Metal Slug”, al “Puzzle Bubble”
o al “Pang”, entre otros. Eran juegos que, sin gozar de la gran calidad
tecnológica de los actuales, podían entretener durante horas (y aún lo siguen
haciendo).
Después, si veías que la tarde se
volvía monótona y hacía buen tiempo (o no, eso nos daba un poco igual), pues
ibas de paseo hasta la catedral y, si andabas bien de pasta, pues te cogías un
helado en la Valenciana. Y tan contento, bueno, a lo mejor te arreabas a
guantazos con alguno, pero eso era un mal menor.
En cambio, la muchachada de hoy en
día está agilipollada; ya cuando yo estaba de esta guisa las chicas se
arreglaban, pero ahora llevan más pintura encima que un cuadro de El Greco. Que
se mentalicen que el chico que las quiera las va a tener que querer sin todo
ese potingue encima. Los chicos también tienen lo suyo, a nada que les dices ya
te están jurando por Cristo y la Virgen.
Olimpiada cerró, bien por su
jubilación (merecida), bien porque la clientela había cambiado… a peor.
Podéis ir a cualquier bar de Zamora
que sea frecuentado digamos por gente adulta, de más de veinte o veinticinco
años hasta unos cincuenta; podréis comprobar que, excepto la zona de Los Lobos
o los bares de jubilados, el resto está inundado por esta juventud que tan sólo
sabe sentase a tomarse su “capuchino” (yo con catorce o quince años desconocía
este término), con el cual se tiran toda la tarde sentados en el mismo bar,
hablar de con quién han ligado, y a qué hora quedan para ir a Herreros, porque
ya son muy mayores y tienen que salir.
Padres de este nuevo mundo… estáis
creando monstruos que quieren ser mayores sin haber conocido su infancia… y
ésta no vuelve.
Manu, te estás haciendo mayor. Je, je.
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EliminarSea malo o bueno, así es, es lo que toca.
La última frase te la puedes saltar, puedes echarte a la cama tranquilo en lo que respecta a tu labor como padre.
Saludos y gracias por seguirme leyendo.