Hace unos días descubrí que una de mis pelis fetiche,
Watchmen, tenía una versión extendida de más de tres horas de duración, en la
cual se explicaban muchas cosas, había tramas enteras nuevas y, en definitiva,
el cómic quedaba mejor adaptado, el porqué no me había enterado de esta versión
extendida sacada a la venta en 2009 es bien sencillo: no se editó en España, y
esto no es nada nuevo, ha pasado y seguirá pasando. Y esto no es por políticas
imperialistas de las distribuidoras ni nada por el estilo, simplemente, España
es un agujero negro de ventas para las distribuidoras y, a no ser que el
estreno sea súper comercial, a nuestro querido país sólo llegan las ediciones
sencillas de las películas, o ni eso, pues no hace poco tuve que comprar un
biopic de Charles Chaplin en Inglaterra, sin audio castellano, fue imposible
otra opción. Y no es que me importe ver las pelis en V.O, todo lo contrario,
pero a las personas que pueda dejarles la peli puede que sí.
Vuelvo con las distribuidoras… ellas no son malas ni nada de
eso (a veces sí, no nos confundamos, pero no en este campo), lo que pasa es que
funcionan como negocio, y si ven que en un país las descargas ilegales anuales
superan la población de media Europa, pues… ¿para que van a querer contentar a
los consumidores de la península si todo hijo de vecino prefiere descargarse la
película en calidad Screener dos semanas después del estreno de la película? Yo
no les voy a culpar, claramente, pero la mayoría de las personas se creen que
no dañan a nadie pirateando películas, y, en realidad su daño es muy grande,
porque en una película cobra desde el director hasta el chico de los cafés de
su súper estrella, pasando por técnicos, guionistas, montadores y un largo etc,
ese largo etc que nadie se para a mirar cuando acaba la película. Y esto afecta
sobre todo en las pequeñas industrias como es la española, no son muchas las
producciones que se llevan a cabo y son muchas las familias que se alimentan de
ello. Imaginad que vuestro padre es albañil y trabajo a destajo durante todo el
día, y por la noche cada persona quita un ladrillo cuan Penélope destejiendo
sus telas. Vuestro padre llegaría por la mañana y se empezaría a preguntar de
dónde carajo va a sacar el dinero para comprar el pan al mediodía. Y no lo
olvidéis… las Bibliotecas aún existen.
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