No me suelo quejar públicamente nunca de nada, normalmente me conformo con lo que Zamora me da, pero hoy lo voy a hacer por el cine, que como ya sabeis, es una arteria más de mi cuerpo.
Ayer me dispuse a aprovechar, antes de irme al campamento como monitor, una de las sesiones de cine al aire libre que el ayuntamiento pone gratuítamente en la plaza de Claudio Moyano, o plaza de la biblioteca.
La película era Ángeles y Demonios, un film que puede que no sea una obra maestra, pero que cuenta con un buen elenco de actores, una trama entretenida y por supuesto, una banda sonora magnífica, creada de la batuta de Hans Zimmer (autor de BSO como Piratas del Caribe, Gladiator, El ültimo Samurai etc).
Hasta aqui todo bien, pero cual fue mi sorpresa cuando al final me senté y dirigí mis ojos a la pantalla(hinchable por cierto) que la imagen era más clara que una sábana de la abuela lavada con lejía.
Esto era debido, sin duda alguna, a que alejando más el proyector se consigue más zona proyectable, pero de menor calidad, pero, aquí, como en otras muchas cosas entró en juego la fórmula de más por más es menos.
Por lo tanto, la película, que ya de por sí era oscura, gracias a esta "ayudita" al menos un veinticinco por ciento del metraje hubo que imaginárselo, y eso, para quien no lo hubiera visto, es un coñazo. Por no hablar de que el generador se les estropeó a la mitad de la película y pasó un tiempo hasta que lograron volverlo a hacer funcionar, pero eso son fallos aceptables (aunque el apagón del otro día en la final del Mundial de la Plaza Mayor es imperdonable).
Intuyo que no se molestarán en arreglar estos fallos técnicos, que, por mi parte, son fáciles de solucionar, por lo tanto, creo que las únicas películas que se lograrán ver decentemente serán las de dibujos animados, algo es algo (la única de dibujos que proyectan, si mal no recuerdo, es Madagascar 2, que también merece la pena ver, sobre todo para los peques).
Por eso, señores del ayuntamiento, cuando contraten a alguien asegurense que lo hacen bien, y si no es así, leedle la cartilla... un poquito de por favor, que el populacho no es tonto.
P.D: De vuelta a casa también me fijé en que habían arrancado un par de carteles de los que he ido poniendo para promocionar mi libro, pero eso es ya otra historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario