sábado, 19 de septiembre de 2009

Día de alegría, día de estreno




Bueno, hoy por fin (ayer) salieron las notas de selectividad y, por que no, fue la mejor noticia del año, ya que, metafóricamente hablando fue la transformación de la larva en mariposa y con ello se me abren las puertas de la Universidad, de esa vida, que, como he dicho anteriormente, es la mejor etapa en la vida de una persona... adulta.
Ciertamente la selectividad es un proceso que lo veo absurdo y fácil de superar (siempre que se haya tomado con un mínimo de seriedad), más hay gente que se lo toma a chufla, como diría mi abuelo y después se extraña de que todo se vaya a pique. Aún así todos los años esta prueba de acceso estropea grandes medias y hace que, por culpa de un mal día, un futuro descubridor de alguna cura importante, o un presidente de gobierno en potencia, se vea relegado a tareas menores.
Esto ocurrió a principio de la tarde y me llenó la pila de la alegría hasta los bordes, ya que aparte de la felicidad en sí que supone haber pasado esta prueba, quedaba también la felicitación de familiares y amigos, las cuales llegaban por todos los medios posibles, aunque claro, yo siempre he insistido en que aprobar esto en Septiembre no tiene ni una pequeña parte del mérito que tiene hacerlo en Junio. El caso es que pocas cosas en este día podían echarlo a perder.
Por fin daba un paso hacia mi futuro soñador, difícil de alcanzar, DIRECTOR DE CINE.

Y claro, dicen que lo que se come se cría, y yo cada día intento empacharme de buen cine, (siempre 100 % original, lo cual merma mi conocimiento de cine, ya que sólo veo películas en el cine o compradas, lo juro por el niño Jesús), para absorver de él todos los conocimientos posibles y poder alcanzar mi deseado destino lo antes posible.
Y como no, hace un par de años que el Gran Tarantino empezó a influenciarme, pero no fue hasta hace poco que me encariñé con el, adquiriendo para mi tanta importancia como mis adorados Steven Spielberg, Stanley Kubrick, Peter Jackson, George Lucas o Clint Eastwood, entre otros.
Y claro, ayer aprobara o suspendiera, mi calendario, en el día 18, estaba marcado de igual forma por la asbástica nazi, y eso sólo significaba una cosa: Inglorius Basterds.
Con la gran compañía de la CCXII Films (mi miniproductora de cine muy muy independiente) entré en la sala 1 de los Cines Valderaduey de Zamora, a los cuales le agradezco muchas de las grandes pelícualas que he visto en mis 18 años.
Tras ver un trailer de Avatar, la cual promete bastante y de la que dicen va a ser la mejor película de la historia (esperemos que James Cameron no defraude), comenzaron los típicos largos créditos de comienzo de Tarantino, con un formato Western, lo cual no hacía, junto con los primeros minutos de metraje, sino homenajear al Spaguetti Western (aquí en España llamado tocino o chorizo Western). De este dipo de films ya hablaré otro día con más profundidad, ya que aún no he visto las películas suficientes como para hablar de ello con certeza.
Transcurrían los minutos del largo metraje y con ello los tópicos Tarantinescos, tales como los diálogos largos y filosóficos, algunos repetitivos (que no aburridos), los cuales no hacían más que recordarme a Samuel L. Jackson en Pulp Fiction recitando un pasaje de la Biblia, el cual tengo el placer de transcribir aquí:

"Ezequiel, 25-17:
El camino del hombre recto está por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos.
Bendito sea aquel pastor que, en nombre de la caridad y de la buena voluntad, saque a los débiles del Valle de la Oscuridad. Porque es el autentico guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos.
¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquéllos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡Y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti!

esto es, sencillamente, extraordinario.
La gente se esperaba una película mas violenta, ya que la gente muchas veces compara a Tarantino con el Gore, y en pocos casos es así, lo que pasa es que su obra más popular suele ser Kill Bill, y claro, el derroche de sangre en ese film es enorme, pero el resto de sus obras maestras no tiene nada que ver con este Western oriental ni mucho menos.
Tampoco es una película histórica ni mucho menos (cuando vean el final lo entenderán), todo lo contrario que la reciente Valkiria de Tom Cruise, pero, al contrario que ella y con un excelente punto a favor, Bastardos sin gloria utiliza actores nativos en el film, no como Valkiria, en la cual todos eran américanos (maldito Hollywood) .
Como tampoco pretendo hacer una crítica sino un resumen del día, finalizaré diciendo que Inglorius Basterds se ha convertido en una de mis películas favoritas y, de inmediato, eliminó todos los comentarios negativos que había leído en las críticas publicadas en la Web.
El camino a casa también fue excitante, ya que hable durante todo el camino con un gran amigo, sabio en temas tarantinescos también, (de echo se hace llamar Fons de Aquino) de los pros y contras de la peli y del supuesto fetichismo de pies de nuestro amado director.
La noche se podía haber presentado mejor, y, tras una pequeña discusión con mi querida Rapunzel (si, esa bella dama de cuento de cabellos rubios), disfruté de una agradable compañía hasta bien entrada la noche, esperando que sea aumentada esta noche de sábado y se pueda celebrar este gran viernes 18 (que no 13) como bien se merece.

Saludos del caballero de la triste figura

=)

1 comentario:

  1. Mu bueno ese tio q se viene qa Salamanca!!!!!!!

    Y weno, d Inglorius no puedo añadir nada!!!xD

    "Y QUIERO MIS CABELLERAS"

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